![]() 20. Trujillo sufrió mucho durante la Guerra de Independencia. La ocupación de la ciudad por los franceses en 1809 y 1811 y el continuo paso de tropas que había que alimentar y mantener destrozaron la población y agotaron sus recursos económicos.
En 1812 se vieron en la necesidad de intentar vender alguna de las fincas de Propios para poder hacer frente a los gastos originados principalmente por los ejércitos españoles, ingleses y portugueses que transitaban por ella y por las compañías y divisiones que se instalaron en la población. En el informe remitido al Consejo de España pidiendo permiso para vender alguna de sus propiedades, hacen un resumen muy expresivo de la situación en la que se encontraba la ciudad. 1812, marzo, 13. Trujillo valga por el sello cuarto mayor año de mil ochocientos doce (...) al mando del general Foy con pedidos escandalosos de raziones y dineros y forrajeos continuos, consumiendo parte de las mieses, destruyendo y quemando la otra, han reducido a Truxillo opulenta en otros tiempos a el estado más deporable y lastimoso. Su Población que ha disminuido cerca de una mitad, edificios arruinados y montones de escombros en el centro y circunferencia de la ciudad, la agricultura aniquilada en términos de haver quedado vacantes en la última sementera más de mil fanegas de tierra varvechada por falta de granos para empanarla; la grangería de ganado bacuno que era quantiosa y ya no existe; las de ganado yeguar y lanar reducidas a una mitad, la de cerdos que constituía una de las principales riquezas, ya apenas llegará a una tercera parte. Mendigos inumerables que ocasiona la falta de trabajos y carestía de comestibles; Enfermedades largas orijinadas de la miseria y escasez, y a que sigue la muerte necesariamente, tal es el quadro que ofrece oy la leal Truxillo a la vista de la Patria. Sin embargo ser maior su entusiasmo no ha cedido ni cederá a las desgracias actuales ni a las que sobrevengan en adelante; inmediatamente que la desocuparon las tropas franzesas en septiembre último después de haver hecho servicios importantes a la causa Nacional durante su permanencia, ofreció donativos al 5º Exército y aunque con mucha dificultad y embarazo a suministrado y sigue suministrando raziones a la vanguardia de dicho Exército, a las partidas que transitan por ella diariamente y en la actualidad a la División del señor Murillo que se ha fijado en este punto. Como se carece de granos, como se aumenta la escasez de numerario no hay otra cosa de que echar mano para ocurrir a la subsistencia indispensable de nuestros heroicos defensores que los restos de algun ganado lanar y algunos bueyes de lavor (...) AMT. Legajo 414. Libro de Actas de 1812. Fol. 14v
![]() 21. La preocupación que las autoridades de Trujillo sintieron por la enseñanza de los niños y los jóvenes, hacía que al menos una vez al año se celebraran exámenes públicos en el Ayuntamiento, donde tanto los regidores como otros trujillanos evaluaban el grado de adelanto de los niños en sus estudios y la capacidad y métodos de sus maestros. Una vez realizados, y para estimular a unos y otros, se premiaba a los alumnos más aplicados con una banda, un libro, o incluso cosas tan necesarias para los que tenían menos recursos como un par de zapatos.
Los maestros y pasantes recibían una pequeña compensación económica como agradecimiento al esfuerzo realizado en favor de la juventud trujillana. 1818, diciembre, 21. Trujillo Ayuntamiento de 21 de diciembre. En la ciudad de Trugillo a veinte y uno de Diciembre de mil ochocientos diez y ocho, se reunieron en la sala Consistorial los señores don Fernando María López de sagredo, Corregidor, Don Andrés Herranz y Don Juan de Lospitao, regidores, y Don Ramón Rodríguez, procurador Síndico personero de este común con el fin de proceder al examen de los Niños de las Escuelas de primeras letras de esta Ciudad, y estando presentes los caballeros curas Párrocos, Reverendos Prelados de las Comunidades Religiosas y una multitud de personas de la primera distinción, se verificó el examen y presentándose todos los Niños por el maestro y Director D. Gervasio José Caballero, haciendo éste que sus discípulos esplicasen como en efecto esplicaron con toda prontitud y acierto la doctrina cristiana; leyeron en el Libro de las obligaciones del hombre, refirieron varias partes de la ortografía y gramática castellana, sacaron varias cuentas de todas clases que les formaron los concurrentes, se cotejaron las planas e hicieron otros egercicios por partes y según la censura que por todos merecieron se premiaron a los niños que a continuación se espresan, ciñendo a cada uno una cinta de seda de varios colores en esta forma Antonio de la Fuente, José Rodríguez, Tomás Fernández, Joaquín López, Santiago Lospitao, Antonio Cruz (...)
AMT. Legajo 420. Libro de Actas de 1818. Fol. 201r-201v.
![]() 22. Hasta que ya muy avanzado el siglo XIX se organizó la limpieza de las calles de la ciudad por empleados municipales, los vecinos de Trujillo tenían la obligación de barrer y limpiar las puertas de sus casas y el tramo de calle correspondiente a ellas.
La Junta de Sanidad se ocupaba con frecuencia de recordar a los trujillanos esta obligación, así como otras medidas higiénicas relativas a los basureros y al lavado de ropas en las fuentes públicas, pues a pesar de las multas a las que se arriesgaban, eran muchos los que vertían aguas sucias y residuos a las calles y utilizaban las fuentes destinadas al consumo no sólo para el lavado de ropas, sino también como abrevadero para el ganado. 1828, septiembre, 29. Trujillo Vando de Sanidad publicado en
29 de septiembre de 1828
La Junta de Sanidad en cumplimiento de sus deberes y de las órdenes sanitarias ha acordado que diariamente todos estos vecinos, sin escepción de personas ni clases, barran y limpien sus puertas y pertenencias de sus casas extrayendo las vasuras a los sitios señalados a saber. Las que se extraigan por el arco del Mercadillo se llevarán a la inmediación de la hermita de San Juan entre los dos caminos de Cáceres y la Cumbre y más allá del cascote; las que se extraigan por las calles de las Cruces y Merced en el llano de la parte de acá del caño de San Lázaro; las que se extraigan por el Campillo, Lanchuela, Plazuela de San Judas y calle de Domingo Ramos, se llevarán detrás de la Piedad mirando al camino de la Sierra; las que se lleven por las calles de Garciaz y Afuera, se depositarán en el Pradillo; las que vayan por la calle de Vallesteros y Villa al chabarcón que linda con viña del señor Vicario y para hacer la limpieza de los muladares que en el día existen se previene a todos los vecinos que tengan carretas que cada uno extraiga las vasuras por espacio de un día en las oras ordinarias de trabajo y lo mismo ejecutarán los que tengan bestias mayores o menores sin distinción de personas bajo la multa de cuatro ducados, principiando desde este día para concluir el sábado 4 de octubre inmediato. Ninguna persona de qualquier estado o condición que sea verterá inmundicias a la calle ni de día ni de noche bajo la referida multa de cuatro ducados. Se prohibe lavar ropas ni otras cosas inmundas en las inmediaciones de las fuentes de uso público y solo podrá hacerse en la fuente de dos bocas inme(...) AMT. Legajo 560.1
![]() 23. Los calurosos veranos de Trujillo hacían que sus habitantes buscaran la forma de conseguir algo de alivio en las agobiantes jornadas estivales. Uno de los métodos era refrescarse en alguno de los pozos, depósitos o charcas de la ciudad. Aunque a principios del siglo XIX la charca de San Lázaro era uno de los espacios más utilizados para este fin, los daños que ocasionaban, al remover el lodo del fondo, a las tencas y al ganado que abrevaba en ella, hicieron que se prohibieran los baños allí, mientras que la Alberca siguió siendo uno de los lugares favoritos para refrescarse, pero los pequeños desórdenes que cada año ocurrían en ella, obligaron al Ayuntamiento a publicar diversos bandos que regulaban su uso, intentando que los bañistas disfrutasen, pero sin alterar el orden público.
1877, junio, 19. Trujillo
Bando
Las personas que se bañen en el depósito de aguas de la Alberca observarán las disposiciones siguientes.
Los hombres utilizarán desde la madrugada hasta las ocho de la mañana, y por la tarde desde las cinco a las ocho. Las mujeres por la mañana de nueve a doce y por la noche las mismas hora de nueve a doce. Se prohibe
1º. Salir desnudos del recinto del depósito y asomarse a las paredes de éste mientras las mujeres se bañen.
2º. Hacer ruido y producir gritos contrarios a la tranquilidad que deben disfrutar los moradores de casas contiguas.
3º. Echar basuras dentro del local.
4º. Se encarga la observancia de las buenas reglas de decoro y cultura.
Los contraventores pagarán dos pesetas de multa la primera vez y doble la segunda. Trujillo diez y nueve de Junio de mil ochocientos setenta y siete.
Luis Perez Aloe
AMT. Legajo 560.1
![]() 24. A lo largo del siglo XIX, los numerosos jornaleros de Trujillo y sus arrabales pasaron en muchas ocasiones largas temporadas de grandes penurias, pues su subsistencia dependía del trabajo agrícola, muy condicionado por las circunstancias meteorológicas, lo que también influía en el precio de los productos de primera necesidad. El Ayuntamiento siempre trató de buscar solución a estas situaciones, no sólo por procurar la supervivencia de un gran número de familias, sino también por evitar desórdenes públicos. Para ello se proyectaron con frecuencia diversas obras públicas, que además de dar trabajo a los jornaleros actuaban en beneficio de la ciudad. En enero de 1895, el Ayuntamiento, a propuesta del señor Montalvo, encargó a la Comisión de Obras y al Arquitecto municipal que propusieran las obras más útiles y necesarias para dar ocupación a los muchos jornaleros y artesanos trujillanos sin trabajo. 1895, enero. Trujillo (...)zuela de San Lázaro, empedrando todo el frente del nuevo barrio llamado de las Cruces hasta la carretera Reparación y arreglo de la Ronda de San Lázaro Construir un camino desde la ermita de San Lázaro hasta la fuente o pozo llamado de Santa Ana Desviación y arreglo de un trozo del camino vecinal de la Cumbre para evitar el rodeo que hoy existe Arreglo de la calleja llamada del Lagar; y cegar hoyos en el Egido llamado Campo de San Juan Propuso además la referida comisión de Obras que las anteriormente reseñadas se ejecuten por administración, pagándose los siguientes jornales = Una peseta diaria a los peones; cincuenta céntimos de peseta á los muchachos mayores de doce años, una peseta veinte y cinco céntimos los empedradores y una cincuenta los barreneros y capataces. Si fuera necesario para el trasporte y acarreo de materiales el uso de carros y caballerías se pagarán los precios siguientes: por cada dos caballerías menores asistidas por un hombre con la obligación de cargar – tres pesetas; por un carro de burros tres pesetas; por una carreta de bueyes cuatro pesetas. La misma Comisión, de acuerdo con la de Hacienda, propone que los gastos que originen estas obras que han de ejecutarse por administración, se paguen semanalmente con cargo á la partida consignada en el capítulo quinto, artículo tercero del presupuesto corriente para auxilios benéficos (...) AMT. Legajo 948.4
![]() 1. 1256. Carta plomada de Alfonso X concediendo a Trujillo el Fuero Real. 2. 1380. Petición para que se desacote el berrocal de Trujillo. 3. 1437. Ordenanza vieja para los fieles. 4. 1465. Concesión por Enrique IV de mercado franco los jueves. 5. 1492. Cédula del rey Fernando comunicando la conquista de Granada. 6. 1506. Escritura de cambio de unas casas en la calle Nueva y calle García. 7. 1516. Cédula del príncipe Carlos comunicando la muerte de su abuelo. 8. 1516. Cédula de la reina Juana ordenando dar 50.000 mrs. para la fortaleza. 9. 1565. Carta de concierto entre vecinos de Trujillo para cobrar en Sevilla dinero del Perú. 10. 1588. Cédula de Felipe II para que Trujillo pague salario a una partera. 11. 1616. Cédula del Consejo Real sobre los muchachos vagabundos. 12. 1619. Testimonio de la entrada en Trujillo de Felipe III. 13. 1633. Carta-cuenta de los gastos realizados en el Corpus Cristi de 1633. 14. 1651. Carta de obligación para pagar una ayuda dada en Cádiz a familiares cuando iban a embarcar hacia las Indias. 15. 1677. Inventario de las armas en poder de la ciudad. 16. 1701. Licencia para construir un balcón en el Hospital de la Caridad. 17. 1745. Padrón de vecinos. Plaza Mayor, Corralada e inicio de c. Tiendas. 18. 1761. Contrato con compañía para actuaciones en las fiestas del Corpus. 19. 1761. Contrato de la ciudad con el médico Miguel Socías. |